Se vuela, de entre las manos, esta vida que nos queda;
¡Cómo se escapan los años!
¡Con qué premura se van
y solos, frente al espejo,
vemos el rostro de siempre,
pero, el alma está más vieja,
cansada de tanto andar...!
¡Cómo se escapan los años!
¡Con qué premura se van
y solos, frente al espejo,
vemos el rostro de siempre,
pero, el alma está más vieja,
cansada de tanto andar...!
Es que se van, de las manos,
los días, tan velozmente...
que quizá, ni los sentimos
y corremos a la par;
sin ver, que así de ligeros
se nos van yendo los años
entre apuros y zozobras
sin poderlos disfrutar.
Por eso, este Año Nuevo cambiaremos nuestro ritmo.
Si las penas nos empujan...
las dejaremos atrás;
y andaremos por las calles,
con una eterna sonrisa,
la sonrisa de la dicha...
la sonrisa de la paz.
¡Brindemos por este año!
¿Si fue malo?... ¡ya termina!...
Por el año que se inicia
brindaremos a embriagar.
¿Quién nos quita lo vivido?
Por eso... ¡Nada de penas!
¡Adelante con la vida!...
Que la vida se nos va...
Cristina de Fercey
No hay comentarios:
Publicar un comentario