sábado, 16 de julio de 2011

La separación

El fin del matrimonio no sólo provoca un intenso sentimiento de pérdida del ex cónyuge, sino también del matrimonio en sí mismo, de la identidad y de la posición social que proporciona el hecho de estar casado.

Los hombres y mujeres de 40 y 50 años que se separan después de más de 20 años de matrimonio, pierden mucho cuando cesa su unión. Las mujeres pueden sufrir más que los hombres; muchas de ellas siguen considerando el matrimonio como una carrera y por ello un divorcio pasados los 40 puede resultar algo problemático.

La sensación de fracaso que prevalece en los primeros tiempos posteriores a la ruptura suele reducir la confianza en uno mismo a la hora de entablar y mantener relaciones. Es habitual que, en las últimas etapas de un matrimonio fracasado, ambos cónyuges empiecen a hablar con franqueza, recordando antiguas heridas y malentendidos y sacando a colación los aspectos de su pareja que jamás le gustaron. La historia se reescribe de una forma tal que parece que ambos han sido muy infelices desde mucho tiempo atrás, a veces, desde el principio. La confusión aumenta y ninguno de los dos sabe cómo interpretar los acontecimientos pasados o evaluar su propia conducta. En tales circunstancias, les asustará la probabilidad de un nuevo compromiso y, al menos en esta etapa, es poco probable que deseen volverse a casar. Recuperada su libertad, buscarán inicialmente fuentes de diversión que hacía tiempo que no disfrutaban.

Es importante para los que se hallan inmersos en una separación encontrar a alguien con quien puedan hablar abiertamente. Es más fácil dar sentido a lo que ha ocurrido cuando podemos explicarlo con franqueza, sin avergonzarse de los fuertes sentimientos que surgieron durante los acontecimientos descritos.

En general, cuando hemos llegado a un equilibrio con el dolor y hemos hallado una explicación satisfactoria de lo ocurrido, podemos enterrar el pasado y empezar a construir lo nuevo. Esta forma de compartir también nos ayuda a prepararnos para una discusión más formal de nuestros sentimientos, circunstancias y problemas, lo que será necesario al buscar ayuda y consejo profesional. 

Extraido de: 
El divorcio, los hijos y usted. Para una ruptura equilibrada.
Jacqueline Burgoyne