sábado, 22 de diciembre de 2007

Navidad; tiempo de...¿soledad?

Cada persona tiene una idea de soledad y esa idea depende, a menudo, de cómo son nuestras vidas. En general, hay cierto acuerdo en considerar que la soledad tiene dos dimensiones: una dimensión objetiva, física o real que nos habla de la certeza de la soledad de una persona, de la ausencia de relaciones y del aislamiento, de estar solo o sola y otra de carácter subjetivo, psicológica o percibida, que tiene en cuenta la vivencia que tienen las personas de sus relaciones y su situación social. Es la que nos habla de sentirse solo o sola.

En las navidades, se hace presente la idea de familia, reunión, de alegría. Cuando algo es tan patente para todas las personas y nosotros no cumplimos con ello se nos amplifica la percepción, en este caso de soledad. Los medios de comunicación y la publicidad hacen, además, un esfuerzo evidente por intensificar los supuestos aspectos centrales de las fiestas. Distanciarse de esa idea, comprender que no hay una sola Navidad, sino muchas formas de vivirla, es importante para reducir los sentimientos de tristeza que produce la sensación de soledad. Entender también que a veces es más la fantasía que nosotros tenemos acerca de cómo los demás están disfrutando que lo que realmente está ocurriendo, sirve para reducir la distancia entre lo que tenemos y creemos que deberíamos tener o deseamos tener en estas fechas.

Hay muchas formas de transitar estas fechas, tantas como personas existen, y no debemos dejarnos llevar por los modelos que se nos ofrecen como únicos e indispensables. Escuchar lo que verdaderamente necesitamos en cada momento, sin dejarnos llevar por las expectativas externas, puede encaminarnos a sobrevivir las fechas navideñas.



Fuente: Infocop

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