1. Haber dicho algo que pueda haber ofendido a alguien o no haber dicho lo correcto.
2. Quedarte atrapado en el tráfico o en transporte público, incluso si es por un atasco, eso crea sensación de falta de control y/o por miedo.
3. Llegar tarde. Pensamientos constantes sobre la situación del tráfico, dónde aparcar, con cuanta antelación salir, si el sitios es difícil de localizar, etc…
4. Temer que algo malo pueda ocurrir. Hacer hipótesis sobre posibles catástrofes es frecuente. Imaginar que pasaría si perdemos el trabajo, si se muere el marido (siempre con un punto de vista negativo de que todo iría mal). Es el famoso: “Y si…”
5. Temer olvidarse de hacer algo importante. Muy parecido al punto anterior, pensar que nos hemos dejado la puerta abierta, el gas encendido, y frecuentemente los pensamientos de duda son tan fuertes que implican volver a comprobar una (o incluso más) veces si la puerta está cerrada, si hemos puesto bien el seguro, si la nevera está cerrada, si llevamos las llaves de casa en el bolso, si nos hemos dejado el móvil, etc… (esta sensación es mucho peor a la hora de viajar).
6. Temer no poder controlar lo que ocurre ahora o en el futuro. La necesidad de control, creada por culpa de la misma ansiedad (para prevenirla-eliminarla-compensarla) es muy fuerte en estas personas. Por ello se pasan el día intentando anticipar cualquier cosa negativa que pueda ocurrir (ahora o en un futuro), pensando que anticiparlas podrá ayudar a evitar o mejorar el problema. Las personas ansiosas temen las situaciones que no pueden controlar, son una amenaza.
7. Preguntarte constantemente si aquellos a los que amas están enfadados contigo o si les pasa algo. Si tardan en contestar a un mensaje, si los notas algo secos, si alguien no te devuelve la llamada… La incertidumbre es una situación vulnerable para estas personas y frecuentemente desencadena pensamientos ansiosos (negativos).
8. Temer cometer un error en el trabajo que haga que los demás duden de tu capacidad. Los ansiosos tienden a intentar adivinar o anticipar lo que los demás piensan de ellos y suelen asumir y magnificar la importancia que se le dará a los errores que uno comete, temiendo por ejemplo que si se envía un email con una falta de ortografía los demás ya pensarán que eres “tonto” o algo similar.
9. Quedar en ridículo o parecer estúpido en una situación social. Los ansiosos suelen valorar mucho la opinión de los demás sobre ellos. Es por esto que constantemente se preguntan si la gente que se ríe se ríe en realidad de ellos, qué es lo correcto y lo protocolario, que es mejor decir en cada situación, etc…
10. Que la ansiedad te provoque ansiedad. Por ejemplo preguntarte constantemente por qué estás ansioso o si estás volviendo ansiosos a los que te rodean, o por qué eres así si tienes una vida feliz, etc…
