domingo, 24 de febrero de 2008

Fomentar la autoestima previene contra la ansiedad

La respuesta ante una situación que genera ansiedad depende en parte de los recursos de que dispone el individuo para afrontar ese problema y de si percibe que es capaz de resolverlo. Dicho de otro modo, no basta con tener las armas para enfrentarse a un problema, hay que creer que se puede luchar contra él y superarlo.

Este sentimiento de autoeficacia tiene mucho que ver con la autoestima. En la formación de la autoestima cobra especial importancia la familia y la escuela. ¿Qué se puede hacer para fomentar una buena autoestima en el niño?

1.Amor incondicional: la aceptación sin condiciones de los padres es, sin duda, la mejor estrategia para fomentar en el niño una buena autoestima. El niño debe estar seguro del amor de sus padres hacia él por sí mismo, no por lo que hace. Aceptar a un hijo implica, por ejemplo:

  • Demostrarle afecto, que se siente orgulloso de él, que disfruta de su compañía.

  • Demostrar que entiende lo que le preocupa, interesarse por sus problemas.

  • Aceptar sus limitaciones, no pretender que sea perfecto.

  • Demostrarle afecto incluso cuando se porta mal.

2.Brindarle apoyo: los padres deben demostrar a su hijo que ellos estarán allí cuando él necesite ayuda; los profesores deben expresar al niño que ellos pueden ayudarle cuando tenga dificultades en sus tareas escolares.

3.Ayudar al niño a encontrar aptitudes, intereses y actividades. Reforzar y potenciar sus capacidades: animar al niño a mejorar sus habilidades en las tareas que realiza de forma deficitaria y, sobre todo, potenciar aquellas que más le gustan y que mejor o más fácilmente hace.

4.Corregirle cuando hace algo mal. Es importante que se critique su actuación, pero no su forma de ser. Es más adecuado decir ‘no has hecho bien la cama’ que ‘eres un gandul, torpe...’, mejor señalar ‘si hubieras estudiado más habrías aprobado este examen’ que ‘eres vago y tonto’...

5.Elogiarle por sus avances, por las cosas que hace bien. No exigir perfección ni rapidez. Valorar como válidos los resultados que vaya consiguiendo aunque no sean perfectos. A medida que haga las cosas le saldrán mejor y más deprisa.

6.No ser excesivamente sobreprotector. Se ha visto que los niños que están muy sobreprotegidos por sus padres tienen frecuentemente una baja autoestima. La sensación de podernos valer por nosotros mismos se construye día a día y depende de las actividades que realizamos y los problemas que afrontamos. Hay que dejar que el niño se enfrente por sí solo a sus problemas y que aprenda estrategias para superarlos. Los padres no estarán siempre ahí para resolver todos los problemas de su hijo.

7.Fomentar una actitud activa dirigida a la resolución de problemas:

  • Valorar un problema como un desafío en vez de como una amenaza.

  • Creer que los problemas son resolubles.

  • Creer en la propia capacidad para resolver bien los problemas.

  • No esperar que los problemas se resuelvan por sí solos, no posponer la resolución del problema, no evitarlo.

  • Búsqueda activa de soluciones.Está claro que no basta con animar al niño a actuar de esta forma, sino que los padres y otros cuidadores deben comportarse del mismo modo, actuar de modelos de conducta a seguir para el niño.

8. Fomentar su autonomía. Es importante que el niño desde pequeño adquiera responsabilidades en casa y en la escuela: ayudar en pequeñas tareas de casa (poner la mesa, fregar los platos, hacer su cama, etc.), recoger su pupitre, ayudar a mantener en orden el aula...Estas tareas serán tanto más complejas conforme aumente la edad. Sin embargo, la autonomía va más allá de que el niño sepa valerse por sí mismo en las tareas cotidianas. Los padres no deben ser directivos y sí, en cambio, promover que el niño sea capaz de tomar sus propias decisiones, aún a riesgo de equivocarse, y de tener diferentes experiencias, aún a riesgo de ser negativas. Esto implica que es mejor aconsejar que ordenar, sugerir que imponer.

9.No ser excesivamente exigente . Algunos padres fijan metas muy elevadas y esperan que sus hijos obtengan resultados excelentes. Otros padres no expresan de forma explícita este interés pero sí refuerzan al niño de forma diferencial en función de los resultados. Un exceso en las demandas externas que realiza la familia puede conducir a estados de elevada ansiedad en el niño. Éste puede estar preocupado por defraudar a sus padres si sus notas no son tan buenas como ellos esperan. En otros casos, son los propios niños los que se fijan metas muy elevadas. La mayoría de las veces se trata de niños y adolescentes inseguros y muy perfeccionistas, que basan su autoestima en conseguir ser el/la mejor en todo. En estos casos habría que:

  • Disminuir el nivel de exigencia de los padres. Éste debe ser realista e ir acorde con la capacidad del niño.
  • Crear una atmósfera de aceptación: el niño debe saber que sus padres no van a dejar de quererlo si lleva a casa malas notas.
  • Fomentar una vida equilibrada: el rendimiento en la escuela no lo es todo, también son importantes las diversiones.
  • Evitar hábitos perfeccionistas: estudiar hasta altas horas de la noche o repetir muchas veces un trabajo hasta que esté perfecto no es saludable.
  • Es conveniente establecer un horario y unos objetivos de estudio realistas.
  • Programar actividades deportivas y culturales que le gusten al niño.

En la educación del niño y del adolescente participan tanto los padres como los profesores y otras personas próximas al niño. Es importante que:
  • Haya comunicación entre todas las personas que se encargan de la educación del niño y se informen mutuamente de los problemas que tenga.
  • Se haga un frente común para solucionar estos problemas ; esto implica que debe haber unidad de criterios y que todos deben trabajar en la misma dirección.

Fuente

sábado, 9 de febrero de 2008

Ayuda ante la pérdida

Es frecuente sentir una fuerte sensación de impotencia cuando alguien cercano a nosotros pierde a un ser querido. Queremos ayudarle pero no sabemos cómo; tenemos miedo a hacerle más daño con nuestras palabras o llamadas, no sabemos bien cómo actuar; generalmente la naturalidad y la sensatez nos guían en este proceso, pero es bueno tener siempre presente una máxima: no forzar ninguna situación.

A continuación mostramos una serie de pautas que nos pueden orientar:

1. Normalizar la situación. Es normal que ante la pérdida de un ser querido la persona sienta una gran variedad de sentimientos, emociones y reacciones físicas y es legítimo que se sienta así.

2. No distraerle de su dolor. Debemos permitirle la expresión libre de sus sentimientos (aunque sean hostiles), pues se sentirá aliviado. El llorar es muy positivo; déjale que lo haga.

3. No asignarle un papel. Un "debería sentir en ese momento" creado por nuestras propias ideas al respecto de la situación pues se puede sentir aún más incapaz.

4. Evitar frases hechas del tipo: "Tienes que olvidar", "Así dejó de sufrir", "Sé fuerte por los niños", "Es voluntad de Dios", "Es ley de vida". Si no sabes que decir, no digas nada; limítate a estra ahí, acompañándole, escuchándole y consolándole.

5. Recuerda que el duelo nunca se supera, sino que uno se recupera con el tiempo, y existirán momentos difíciles en el futuro donde la persona debe trabajar activamente para recuperarse.

6. Invitar a compartir sus sentimientos contigo, realizando una escucha comprensiva y utilizando frases como: "Entiendo que debes sentirte mal" para que se desahogue emocionalmente. Sólo debes utilizar la frase "Sé como te sientes" en el caso de que hayas pasado por una situación similar; aquí sería conveniente que le revelaras cómo te enfrentaste a ello y qué hiciste para recuperarte.

7. Establecer contacto físico adecuado (abrazos, brazo en su hombro, coger la mano) y correcto.

8. Evitar la charlatanería estéril. A veces el silencio facilita la descarga emocional.

9. Contribuir al apoyo familiar. La familia es el elemento más importante para la recuperación del duelo y entre ellos debe existir una comunicación eficaz.

10. No temas nombrar al fallecido por miedo a que se altere; lo más importante es tu apoyo, escucha y afecto.

11. No temas mostrar tus propias emociones (llorar, pena); el otro verá que a ti también te ha afectado porque también te importaba. Esto facilitará que se sienta comprendido.

12. Facilitar la despedida del ser querido (ver cadáver, acudir al entierro) para que acepte la realidad de su ausencia y no elabore creencias falsas sobre el hecho.

viernes, 1 de febrero de 2008

Halla por azar un método para recobrar memoria

Un médico español halla por azar un método para recobrar memoria

• El neurocirujano Andrés Lozano dice que podría ayudar a paliar el alzhéimer
• El hallazgo se produjo cuando el profesor trataba a un enfermo de obesidad
Un hombre de 50 años con graves problemas de obesidad. Pesa 190 kilos. Un equipo de médicos encabezado por el español Andrés Lozano, profesor de neurocirugía del Western Hospital de Toronto (Canadá), ha llegado a la conclusión de que la única forma de curarlo es quitándole el apetito, y para hacerlo utilizan la técnica, muy efectiva, de la estimulación cerebral profunda.

La respuesta del paciente es desconcertante: no pierde el apetito, pero de buenas a primeras recuerda una escena de hace 30 años que creía olvidada. Los detalles son escalofriantes. Por casualidad, por accidente, por puro azar, Lozano y su equipo acaban de descubrir un método que permite revertir la pérdida de la memoria."Nos cogió totalmente por sorpresa", declaró el médico al periódico londinense The Independent, que ayer hizo portada del hallazgo. Si el descubrimiento resulta revolucionario es, entre otras cosas, porque abre una inesperada puerta a los enfermos de alzhéimer, que con el nuevo método podrían hallar una vía para no perder todo contacto con la realidad. Los científicos ya están haciendo pruebas con tres pacientes distintos, y los resultados son alentadores.

Estimular las neuronas ¿En qué consiste el método?

Se trata, básicamente, de introducir electrodos en el cerebro humano para estimular las neuronas por medio de electricidad. En el caso del paciente aquejado de obesidad, los electrodos fueron instalados en el hipotálamo, la parte del cerebro que regula el apetito. De ahí que la sorpresa de Lozano y su equipo fuera mayúscula: no es el hipotálamo, sino la estructura conocida como fornix, el lugar donde la ciencia ha asentado tradicionalmente el mecanismo de la memoria."El paciente recordó cuando estaba en un parque con unos amigos en la época en que tenía alrededor de 20 años --declaró Lozano--. En la medida en que aumentamos la intensidad de la estimulación, los detalles se hicieron más vívidos. Reconoció a su novia. La escena era en color. La gente vestía prendas identificables y estaban hablando, aunque no pudo descifrar de qué hablaban".Desarrollada en Francia a finales de los 80 y principios de los 90, y aprobada en 1997 en EEUU, la estimulación cerebral profunda es un método habitualmente empleado para el tratamiento del mal de parkinson. El propio médico español ha llevado a cabo unas 400 operaciones en pacientes aquejados por esta enfermedad, y actualmente se había propuesto aplicar el método en las personas con problemas de depresión. Para ser justos, Lozano no ha inventado nada: la suerte ha querido que encuentre dónde y cómo administrar un procedimiento ya existente para tratar un problema que parecía, de momento, no tener cura.

Buscar circuitos.

Lo que es cierto es que el hallazgo obliga ahora al científico español a consolidar el método. "Creemos que los circuitos de la memoria que estamos estimulando están físicamente rozando el hipotálamo --señaló--. Queremos evaluar si podemos realmente llegar hasta estos circuitos y operar una mejoría. Es un nuevo acercamiento a este problema", agregó.
El Periódico